A nivel Nacional, en los últimos dos años han aumentado en torno a 10.000, los profesionales autónomos afiliados al reta en este sector, situándolo en más de 138.000

 

Miles de médicos y profesionales sanitarios funcionarios de la sanidad pública, son contratados como falsos autónomos en la sanidad privada, compatibilizando ambas actividades y restando posibilidades para que nuevos profesionales del sector puedan tener estabilidad laboral, siendo contratados como trabajadores por cuenta ajena, tanto en el ámbito de la sanidad pública como en la privada.

En las próximas semanas, representantes de UPTA se reunirán con la alta Dirección de la Inspección de Trabajo para tratar el tema de los falsos autónomos, que está causando un grave perjuicio a aquellos profesionales que desarrollan su actividad económica legalmente en sus propios centros de trabajo.

Para Eduardo Abad, presidente de UPTA España, “esta situación perjudica seriamente la calidad asistencial de los profesionales sanitarios, un porcentaje muy elevado trabaja para la sanidad pública en jornadas maratonianas para posteriormente seguir con su actividad profesional en clínicas y hospitales privados, trabajando para compañías de seguros o para estos centros sanitarios”.

El deterioro del trabajo autónomo es evidente, los servicios profesionales realizados por trabajadores autónomos en pequeñas clínicas no pueden competir contra la fórmula de aseguramiento privado, puesto que los profesionales, falsos autónomos, que trabajan compatibilizando ambas actividades, perciben cantidades económicas por los servicios privados muy por debajo de los costes medios necesarios para mantener una actividad económica con un rendimiento que permita la sostenibilidad de la actividad.

La principal medida para luchar contra esta situación es sin duda la incompatibilidad de desarrollar la profesión en el ámbito público y en el privado de manera simultánea. Con esta medida, no solamente tendríamos un efecto positivo en el ámbito de la contratación laboral, sino que también lucharíamos contra la competencia desleal que sufren los profesionales que desarrollan su actividad en sus clínicas, aparte de luchar y perseguir el fenómeno del falso autónomo, que se está acrecentando y que provoca que grandes empresas del sector mercantilicen y rentabilicen un aspecto esencial del bienestar social como es el de la salud.

Abad concluye, “ya es hora de poner en marcha incompatibilidades en el ejercicio de profesiones sanitarias en el ámbito público y privado. Es uno de los grandes feudos de laboralidad encubierta, por este motivo, miles de jóvenes profesionales sanitarios abandonan nuestro país para buscar relaciones laborales que les permitan vivir dignamente.”